Renting y leasing ¿Qué los diferencian?

Seguramente te resultan familiares estos términos, pero no sabes qué características los singulariza. ¡Estamos para ayudarte!

Antes de presentarte el análisis, es primordial que tengas claro todos los propósitos que deseas cumplir en pro de tu empresa y si un vehículo o flota serán tus aliados estratégicos.

¡Bien! Es momento de resolver tus dudas y determinar cuál es tu mejor opción.

¿Cómo se manejan?

Ambas son alternativas de movilización frente a la compra tradicional de vehículos mediante un contrato, pagos mensuales y con la opción de compra cuando éste culmine. A primera vista sientes que te hablamos de lo mismo ¿verdad? Pero existen puntos que marcan la diferencia.

Con el renting pagas una tarifa mensual establecida en el contrato y la empresa te entrega el vehículo. No obstante, recuerda que la propiedad del vehículo siempre será de la empresa.

En cambio, el leasing te presenta el panorama de arrendamiento financiero. Un banco será la entidad que formalice el contrato entre la empresa y el cliente, por lo tanto, será regulado por la ley.

Cuotas

Mientras que el renting incluye todo en su cuota fija: seguro, impuestos de matrícula, trámites, procesos, mantenimientos preventivos y correctivos como cambios de neumáticos, inspecciones técnicas, asistencia en carretera y la sustitución de tu vehículo si este necesita ingresar al taller; el leasing sólo incluye impuestos, financiación y la depreciación del vehículo, es decir, quien se incline por esta modalidad se encargará de cubrir los costos operativos, todos los mantenimientos e incluso el seguro.

Sobre el contrato

Con renting el contrato resulta más flexible. La durabilidad oscila entre 1 a 4 años, siempre dependerá de lo que el cliente requiera y la cantidad de unidades que solicite. En cambio, con el leasing, la duración viene establecida y el plazo mínimo es de 2 años sin opciones a finalizar el contrato de forma anticipada.

Un punto clave del renting es que, a diferencia del leasing, no te obliga a comprar el vehículo cuando el contrato termina, al contrario, puedes renovarlo cuando éste termine y disfrutar de un vehículo completamente nuevo junto a los mismos beneficios de tu anterior experiencia.

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